EL TEMPLO
Se cimbro hasta sus cimientos y se derrumbo, nada quedo intacto. Sus cristales yacen desparramados entre las hojas de un otoño árido y desolado. El viento se revuelve buscando vida entre ellas. Pareciera que no ha pasado el tiempo desde aquella vez que vio todo desordenado y vacío.
No fue un terremoto ni una tormenta lo que lo hizo caer. Fue una erosión gradual casi impersibible. En sus muros se formaron fallas minúsculas tan insignificantes que fueron ignoradas. Sus encargados cayeron en la trampa de la complacencia, se sentían inamovibles, impenetrables, e invencibles. Al fin y al cabo aquello que había sido construido sobre un cimiento profundo y situado sobre la roca no podía jamás caer. Pero cayo, y cayo con un estruendo tan imponente que sacudió hasta los extremos del cielo. Fue una implosión devastadora. Entre los escombros aun queda evidencia de vida. Algunos de los fragmentos sobreviven por inercia mas que por vida propia.
Asombrosamente, su fundamento sigue intacto. El si es perfecto, fuerte e indestructible porque fue construido para la eternidad. Su constructor fue fiel al plan, no se desvió ni un milímetro porque sabia que ese plan es exacto. Fue ese mismo plan el que confió a sus discípulos, a sus seguidores que debían continuar el plan de construir el resto del templo.
Ellos comenzaron la tarea con gran fervor y alegría. Disfrutaban los largos días de trabajo porque entendían la magnitud de la obra y se deleitaban en ella. Seguían el plan al pie de la letra, sin preguntas, sin dudas, solamente aferrados a la obediencia y a la fidelidad de seguir el plan. Su virtud mas extraordinaria era que no reclamaban recompensa ni honor. Ellos entendían con gran certeza que su pago había ya sido hecho y que era mucho mas de lo que ellos pudieran alguna vez haberse imaginado.
Paso el tiempo, y fue consumiendo con su paso a aquellos servidores. Los que les siguieron no heredaron las virtudes y fueron poco a poco adueñándose del templo. Nunca fue de ellos, ni de los primeros ni de los postreros, pero estos se apoderaron de el y lo quisieron modificar. Eso si, siempre con el pretexto de modernizarlo, de mejorarlo y adaptarlo a una sociedad que a juicio de ellos se desarrollaba con mas rapidez que el mismo templo. Lo que algún día fue la obra mas preciosa de la tierra se fue convirtiendo en una reliquia anticuada e irrelevante según ellos.
Así fue que se apresuraron a vestirlo de atuendos vergonzosos, de joyas ostentosas e imprudentes. Dejaron de consultar el plan original, porque ya no importaba la perfección, ahora importaba mas la percepción superficial y la opinión vana de un mundo ciego y moribundo. Sus divisiones se fueron marcando con ideas vagas e interpretaciones convenientes. Lo que comenzó como fisuras microscópicas se convirtió en grietas profundas y letales.
Se desmorono. No podía soportar el peso de la ignorancia, de la arrogancia, de la desobediencia. Hoy, en estos precisos momentos sigue desparramado y dividido. Lo que una vez fue una palabra, hoy son miles de denominaciones, de dogmas, de sectas y de doctrinas ilusas.
Pero el plan esta vigente, sobreviviendo todo, y clama desde la medula del fundamento esperando con los brazos abiertos a sus hijos. Aquellos que decidieron venderse al mejor postor, aquellos que se arrastran en el fango. Aquellos que prefieren creer lo absurdo que la verdad porque es mas conveniente, porque no les marca la pauta o les demanda moralidad ya que esta en harmonía con el mundo.
Entre ellos hay un remanente, un grupo aislado y marginado por sostenerse firmes. Son ridiculizados y expulsados de entre los que alguna vez creían como ellos. Se les acusa de anticuados, de causar divisiones, de religiosos y obtusos. Ellos no se mueven de su fe porque es perfecta, esta vestida de la palabra que alguna vez sirvió como el cemento que sostenía el templo. Pero su lucha no es en vano, porque trae consigo un llamado que fue puesto en ellos desde el mismo trono celestial. Ellos son los valientes, los que defienden la palabra hasta la muerte. Su misión no depende de resultados, depende de obediencia y fe. Han aprendido a separar su ego de el propósito. No pretenden plasmar su nombre sobre sus proezas. Saben que aun el próximo paso depende de su creador. Entienden que no fueron escogidos por su talento sino por su disposición.
Pero son cada vez mas escasos, mas marginados, mas ignorados. No lo serán por siempre. La verdad que les impulsa emergerá sin reservas ni piedad. Hay de aquellos que se opongan a ella. Los que por su vanidad pretendan enfrentarla. Serán arrasados y borrados de la faz de la tierra. Hay de los que conociendo a esa verdad se apartaron de ella, y la escondieron de los que la querían conocer. Hay de los que les fue comisionada la responsabilidad de mostrar esa verdad y la ocultaron. Esos que prefieren seguir fragmentados en el suelo aferrados a sus frágiles interpretaciones y se creen ser dueños del destino de sus congregaciones. Ellos son los que derrumbaron el templo. Hay de ellos!!!
Mateo 16
Simón Pedro respondió:«¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente! » Entonces Jesús le dijo:«Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no podrán vencerla.
Esa verdad, La verdad: “Tu eres el Cristo (Mesías), El hijo del Dios viviente” es la roca sobre la cual templo fue construido.
El remanente entiende eso sin cuestionamiento. Es el combustible de su caminar y su misión es sostenerlo ante cualquier contienda. No ha cambiado ni evolucionado con el tiempo. No tiene ningún rastro de adaptación al modernismo porque no depende del tiempo. Es el concepto eterno y divino. Esa roca es imponente, es indestructible, e inamovible. Esa roca es Jesús, el Salvador, el Creador, y ha llegado el momento de que su iglesia regrese a el lugar donde esta El. En el centro de la verdad porque El es la verdad, El es la palabra, El es el que fue, el que es, y el que será.
Cada fragmento de ese templo se jacta de su aislamiento. Esta convencido que su doctrina es la única. Ha reemplazado la única verdad con una farsa. Se disfraza de piedad y compasión. Celebra sus propios conceptos a gritos con gran pompa. Pretende ganar al mundo para su causa. Espera galardón, reclama bendición, pretende perfección. Navega en una verdad ajustada y amoldada a su conveniencia. La ha convertido en su dogma, en su declaración doctrinal. Aunque cada uno de los fragmentos tiene un lema propio, todos son igual en el sentido que están diseñados para traer prosélitos a sus congregaciones alegando ser el único camino a Dios. Pero todos son desviaciones a la perdición. Escogiendo un pasaje bíblico y estampándolo sobre su bandera no se ocuparon en fundamentarlo y entenderlo en su contexto total. Desde sus pulpitos se dictan leyes infundadas, se tolera todo menos a aquel que ose exigir fundamentos. Se ha reemplazado la totalidad de la palabra con libros disque relevantes escritos por hombres encandilados por sus propios títulos; Doctores, profetas, apóstoles, reverendos, etc. Han contaminado su doctrina con psicología. Esta disciplina secular propone que cada persona falla por causas externas y por ende no pueden ser culpados o asumir responsabilidad por sus actos. Según el nuevo psicólogo teólogo, las escrituras no están equipadas para tratar con la minucia moderna, no han evolucionado a la complejidad intelectual de estos tiempos. Obviamente esto es exactamente lo que el “creyente” moderno quiere oír, y sus pastores están dispuestos a cumplir todos los deseos de aquellos que ahora se deberían de llamar “clientes” eclesiásticos. Ellos saben que sus congregaciones no quieren asumir ni responsabilidad ni culpa. Sabrán que donde no hay culpa no hay arrepentimiento?. Donde no hay arrepentimiento hay salvación?.
Romanos 1
La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad. Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló; porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad. Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Hasta sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van en contra de la naturaleza. De la misma manera, los hombres dejaron las relaciones naturales con las mujeres y se encendieron en su lascivia unos con otros. Cometieron hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibieron en sí mismos la retribución que merecía su perversión.
Y como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no convienen. Están atiborrados de toda clase de injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades. Son murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, insensibles, implacables, inmisericordes. Y aunque saben bien el juicio de Dios, en cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se regocijan con los que las practican
Pasajes como este son omitidos constantemente en sus doctrinas de prosperidad. No caben en sus retiros o encuentros. Son ignorados en sus mega-iglesias o en las arenas de sus conciertos. Sera por piedad que las ignoran? Por amor? Invariablemente que no es por esas nobles razones. Sus mismos psicólogos que estudian la idiosincrasia de la humanidad y específicamente de sus congregaciones y comunidades les han aconsejado a instigar esperanza por medio de promesas y garantías de bendición. Es evidente que el “creyente” es mas apto a donar con manos abiertas cuando se le convence de un pago divino extraordinario. Lo que alguna vez era un lugar de adoración a Dios se convirtió exponencialmente en un club social, en un bazar de bendiciones prometidas a cambio de “siembras” monetarias. Se establecieron patrones corporativos imitando a negocios seculares.
Se fundan iglesias adaptadas a la comunidad con el fin de atraerlos a la congregación con la promesa de suplirles sus necesidades, ah pero eso si, a cambio de una señal de fe evidenciada por una donación sustancial.
Es todo un movimiento pragmático de programas diseñados para mantener los pulpitos llenos y las cubetas de donación aun mas. Hay programas para niños, para adolescentes, para jóvenes solteros, casados, parejas, solterones, los de media edad, los ancianos. Hay actividades para cada uno de ellos, ventas de esto y aquello para sustentar gastos y cumplir presupuestos. El servicio dominical es una orquestación exacta pautada por el horario; oración de 20 palabras, anuncios de eventos para que no se aburra nadie, dos cantos de alabanza, uno de adoración, otro de adoración durante la ofrenda, predicación de ni un minuto mas que 35 basada en un versículo de promesa con énfasis exagerado por un pastor engreído y enamorado de si mismo, que entre dientes hace un llamado mecánico al altar, sigue una vez mas el grupo de “adoración” con dos cantos emotivos, y a repetir el proceso con el siguiente servicio.
Se ha reemplazado la prudencia con lo casual, el pudor con lo decadente, el respeto con el egocentrismo. La iglesia tiene mas tendencia a adaptarse a la moda del mundo e imitar sus costumbres que a dar buen testimonio. Se le llama inclusión, tolerancia, amor, modernismo, relevancia. No se utilizan palabras como disciplina, devoción, corrección, o pecado. Estas ofenden a la congregación, son anticuadas y no caben en la nueva era eclesiástica que esta plasmada de adoradores superficiales, ministros pretenciosos, y servidores instruidos a obedecer a ciegas y sin cuestionamientos.
Y la palabra? Bien gracias. La congregación ha sido despojada de su carga de conciencia que dura siete días. También fue despojada de un que otro centavo mas por culpa, o vergüenza, o en gran parte por apantallar al que esta a lado que por convicción. Pero no importa la motivación, importa la cantidad porque fue convencido que entre mas semilla siembra mas cosecha. Si acaso quiere ser bendecido aun mas, tiene que atender las clases de discipulado, o de liderazgo, o de estudios avanzados basados en algún libro que habla de ladrillos, o de borregos, o de no se que.
Surge entre ellos uno. Uno que tiene hambre de la palabra, que la desea con desesperación y clama ser instruido por el pastor, o algún anciano, o algún hermano experimentado . Pero no hay. El no se desilusiona y lo busca por si mismo, escudriña las escrituras, consulta libros fielmente fundamentados en ellas, se postra ante su Dios suplicando discernimiento, sabiduría como lo sugiere Santiago 1’Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche”
Allí se generan preguntas que con gran expectativa trae a su líder el cual la lleva a su líder, y cual a su vez la lleva a su líder, el cual al fin tiene acceso al Pastor y este decide disciplinar al nuevo prosélito y lo tacha de divisivo y rebelde.
Pero como se puede dividir algo que ya esta despedazado? Ya la palabra no es el agente unificador. Se a convertido en un peligro para el entorno moderno de las iglesias. Entre mas ignorante la congregación mas fácil su manipulación. El patrón político corrupto se infiltró en la iglesia.
Son escasos, inmensamente escasos los pastores que son totalmente fieles a la palabra y retan a sus congregaciones a escudriñar las escrituras. Esos son los valientes, los que las exponen versículo por versículo sin contemplar si el contendido del mensaje es o no apto para la congregación. Los que no miden el pasaje en cuanto a la posibilidad de ofender a alguien o instigar huir a otros. Entienden que la palabra es el agente purificador, y debe de ser presentada con manos limpias y con fe inamovible porque esa es la comisión divina. Jesús no enfrento a satanás con amenazas o con milagros declarando su deidad. Lo enfrento con las escrituras. No tenemos mejor arma a nuestra disposición que ellas.
Mateo 4
El tentador se le acercó, y le dijo:«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. » Jesús respondió:«Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”» Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo:«Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está:
»“A sus ángeles mandará alrededor de ti”, también: “En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con piedra alguna.”»
Jesús le dijo:«También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”. » De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Allí le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas, y le dijo:«Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras. » Entonces Jesús le dijo:«Vete, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”» Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles vinieron y lo servían
El templo que fue llamado a ser la luz del mundo olvido su propósito. Se ha envanecido encandilado ante su propia autoestima. Se jacta de su humildad, presume su piedad, y enloda su compasión porque vende su amor. Este templo es la iglesia y su estado actual. Como templo se compone de cada creyente individualmente, y como iglesia de toda persona con una singular fe colectivamente. Esta fragmentada, esta dividida, esta des arraigada de su fuente de vida. Esta en un estado de coma espiritual sin saber que esta en agonía. Esta perdiendo la batalla porque la esta peleando sin espada.
El mundo que la rodea ya no la ve brillar. Esta iglesia no lo ilumina mas, no lleva consigo la luz intrínseca de la fe. Esta opacada por la arrogancia de sus falsos representantes, por su avaricia, por su desvergüenza. La única referencia que el mundo tiene de el cristianismo es lo que ve en la televisión o en los medios sociales modernos. Gente que publica sus contiendas personales, que son aptos a dictar juicios infundados, a destrozar a cualquiera que no piense como ellos.
Sus peores luminarias pisotean El nombre de El Espíritu Santo rebajándolo a un nivel de servidor o de un simple arlequín de carnaval. Se paran en su escenarios haciendo alarde sobre el control que profesan tener sobre el poder de El. Se sienten dueños de la soberanía divina y presumen de saberlo manipular. Luego sin pudor alguno demandan donaciones “de Fe” disque para alcanzar al mundo. Los amenazan diciendo; “Si no donan, no recibirán las sanidades, ni los milagros, ni tendrán prosperidad, ni agradan a Dios”. Se aseguran para su causa que sus congregaciones no sepan la verdad, no estudien las escrituras y no sepan que ellas los habían apercibido ya de estos farsantes.
Judas;
Pero éstos blasfeman de las cosas que no conocen; y en las que por instinto conocen se corrompen como animales irracionales. ¡Lástima de ellos!, porque han seguido el camino de Caín. Por amor al dinero cayeron en el error de Balaam y murieron en la rebelión de Coré. Éstos empañan los ágapes que ustedes celebran, pues sin vergüenza alguna comen pensando sólo en sí mismos. Son nubes sin agua, que el viento arrastra de un lado a otro; árboles otoñales que no dan fruto; carentes de raíces, se han secado y vuelto a secar. Son indómitas olas del mar, cuya espuma es su propia vergüenza; estrellas errantes, cuyo eterno destino serán las más densas tinieblas
El resurgimiento de la iglesia no depende de que sean erradicados los farsantes. Ellos no se irán a ninguna parte, seguirán brotando aun peores que ellos. Vendrán los que parecen traer el mensaje verdadero y tendrán gran popularidad. Las multitudes gravitaran a ellos atraídos por el espectáculo y la sensualidad. En cuanto brote otro con ideas frescas y con mas pompa irán también hacia ellos. Confían su eternidad a los farsantes que les digan cualquier cosa menos lo que necesitan oír. Se pasan su vida así, brincando de show en show persiguiendo el éctasis espiritual. No se dan cuenta que esos falsos profetas fueron ya borrados de el libro de vida. Para ellos el destino esta ya marcado.
Continua Judas:
Acerca de ellos profetizó también Enoc, el séptimo en orden a partir de Adán, y dijo:«¡Miren! El Señor viene con sus miríadas de santos. Viene para juzgar a todos, y condenará a todos los impíos por todas las malas obras que en su impiedad han cometido, y por todas las insolencias que los pecadores e impíos han lanzado contra él. » Éstos critican y se quejan de todo, y sólo buscan satisfacer sus propios deseos. Son arrogantes al hablar, aunque también lisonjean a los otros para sacar provecho
La iglesia volverá a su gloria solo cuando el templo se restaure. Es decir, cada creyente verdadero es el templo del espíritu santo. Colectivamente los verdaderos creyentes componen la iglesia.
Efesios 2:
En Cristo, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para llegar a ser un templo santo en el Señor; en Cristo, también ustedes son edificados en unión con él, para que allí habite Dios en el Espíritu
Pero el verdadero creyente no encuentra su voz, y si la encuentra no se atreve a levantarla. Nos hemos escabullido en la comodidad de nuestra guarida espiritual. Hemos guardado nuestras armas y tirado la llave. Estamos tan seguros de nuestra salvación que hacemos caso omiso de nuestra comisión. Esto requiere osadía, valentía, atrevimiento, arrebatamiento y disposición a ser ridiculizados, abatidos, o avergonzados. Se precisa un remanente armado y dispuesto a ser martirizados como Esteban, con esa convicción y resolución. La única arma necesaria es la palabra. En todo su esplendor, con todas sus luces, sin contemplaciones amables, sin alegorías ni fabulas. Total, completa, exacta, pura, excelsa, divina.
La palabra se debe exponer sin ningún reparo ante quien la necesita en su totalidad. El Salmo dice que la palabra es como lámpara a mis pies. Pues así exactamente debe de ser compartida, revelando todo lo que esta en nuestro caminar. Los baches y obstáculos, lo que es mas importante, la suciedad de nuestros pies.
Un cirujano antes de entrar a la sala de cirugía esteriliza sus manos, sus brazos y todo aquello que pueda estar en contacto con su instrumento quirúrgico. Al entrar a la sala de operación enciende la luz y esta revela totalmente el tumor infectado del paciente pero también revela cualquier suciedad que haya quedado en las manos del cirujano. Así es la palabra, revela absolutamente todo.
La oscuridad siempre huye de la luz. El que recibe la palabra se da cuenta de su propia impureza constantemente. El que huye de ella solo vino a que le anestesiaran su dolor y no a que le neutralizaran su infección. Ya basta de compartir la palabra en dosis limitada. Es nuestro deber compartirla inalterada, es el mandato divino, es la expresión mas contundente del amor.
El verdadero creyente se evidencia con su hambre de la palabra. Es su agua, su aire, su sustento. Jesús no cambio su mensaje de acuerdo a los tiempos. El no vino a ver cual era el deseo de la humanidad. Vino a establecer su iglesia y para pagar todo su precio en la cruz. Ella ha sido ya cautivada por El. Solo le falta regresar.
Juan 10
Si ustedes no creen, es porque no son de mis ovejas. Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano
Así, La iglesia volverá a su lugar, sobre la roca, al altar celestial donde se ha preparado un aposento eterno. Compuesta por cada uno de los santos que hicieron de si mismos templos para el Espíritu Santo y fueron fieles a su llamado perseverando por gracia hasta el fin.
Apocalipsis 19:
¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero! Ya su esposa se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y refulgente. » Y es que el lino fino simboliza las acciones justas de los santos
Humberto Acosta
Noviembre 6, 2014